Please enable JS
img

Los débiles
Jesusa Alfau de Solalinde
1912

Presentación: Raquel Velasco

Si era tan débil, pensé, debía ser fácil convencerlo y hacerlo ceder a mi presión, como había cedido a la de su madre; pero pronto vi que por su misma debilidad le atraía la Iglesia, con todas sus creencias y preceptos. Su temperamento timorato necesitaba no sólo esperar y creer, como cristiano, en todo aquello: en un Dios de misericordia infinita, en un Dios, sostén de los débiles, sino que llegó a creer preciso también un mayor refugio en la profesión eclesiástica, y me convencí de que era más difícil triunfar de un ser débil que de uno fuerte.




COMENTARIOS


COMENTARIOS